lunes, 21 de abril de 2008

Un mordisco cinematográfico

Decía hace algunos años el director cinematográfico danés Lars Von Trier que el arte en el presente siglo debe sentirse como una piedra en el zapato, por lo tanto debe incomodar, transgredir y por qué nó convertirse en una herida que de vez en cuando nos haga recordar nuestra vulnerabilidad. Si tuviese que aplicar la idea de Von Trier en una obra artística colombiana de la presente temporada sin lugar a dudas tendría en la retina la ópera prima del director colombiano Carlos Moreno “Perro come perro”.

Desde su primer fotograma hasta el último el director logra crear una atmósfera cinematográfica única, desarrolla personajes con mucho carácter, con fuerza, los actores expresan un sorpresivo virtuosísmo que nos hace recordar irremediablemente a aquellos grandes anti-héroes de la gran pantalla representados recientemente por directores como Quentin Tarantino, Takeshi Kitano, Danny Boyle por sólo citar algunos.

Perro como perro tiene la capacidad de hacernos reflexionar sobre la condición autodestructiva y potencialmente agresiva de los seres humanos, logra mostrar en primer plano esa densa cotidianidad que tantas veces dejamos pasar de lado ya sea a través de un silencio cómplice o por una insensible indiferencia. El film nos duele porque nos hace sentir vulnerables y porque es un espejo de nuestro canibalismo, si, así suene fuerte.

Trabajos artísticos como los de Carlos Moreno, Felipe Martínez, Jorge Navas, Ciro Guerra, Juan Felipe Orozco, Víctor Gaviria, Andi Baiz, Felipe Aljure y por supuesto, el todos esos directores que tanto en el argumental como en el documental proponen nuevas historias sobre nuestro contexto, me hacen creer en la cinematografía colombiana de la presente década como medio de expresión y propuesta estética de nuestro tiempo y como referente de nuestra extraña historia.

Seguirán rodando más piedras en medio de los zapatos.